- en primer lugar, el maestro deberá delimitar el problema.
- realizar un informe del mismo en el que se reflejen la situacion del niño, para informar a la familia.
- en tercer lugar, habrá que hacer un informe pedagógico y comenzar una tarea de reeducación, es decir, volver a enseñar al niño de otro modo más eficaz al anterior, con otros recursos, hábitos, para que el niño pueda entender la tarea más fácilmente.
Según los factores que influyan en la problemática del niño, así actuaremos. Puede ser que tengamos un niño con bajo rendimiento debido a un problema familiar o debido al medio escolar en el que está inmerso. Pero también puede ser que el problema sea debido al propio niño. A continuación vamos a detallar la intervención en cada caso:
- Intervención en causas que provengan de la familia: el maestro deberá tratar en este caso la realidad cultural y socioeconómica del niño y la familia. Debemos tener muy en cuenta la participación del orientador, el docente y el equipo para proporcionar algunos programas como terapia familiar, terapia de pareja (para los padres)...
- Intervencion en causas que provengan del medio escolar: el profesor debe plantearse una autocrítica, ya que puede ser que su metodología no sea la más idónea o los recursos que utiliza en clase. Entonces, es mejor que el propio profesor evalúe su actuación en clase, y si falla de alguna manera a la hora de explicarle la tarea al niño. Debemos ser nosotros, los maestros, los primeros en darnos cuenta del fallo en la metodología, antes que sean los padres los que den cuentas. Por otra parte, el equipo escolar y la dirección han de conocer a sus docentes y la manera en cómo dan sus clases, para evitar metodologías inadecuadas.
- Intervención en causas que provengan del niño: el profesor cuando se encuentra con una situación en la que un niño no desarrolla los objetivos propuestos en clase y va en desventaja, deberá solicitar una intervención médica, psicológica o psicopedagógica para evaluar al niño. Debemos resaltar que es el profesor el que debe solicitar esa evaluación por parte de los especialistas, ya que éstos a no tener conocimiento del problema no acuden al centro frecuentemente. Por otra parte, el profesor deberá llevar un control exhaustivo sobre la historia personal y pedagógica del alumno, en la que se incluirá evaluaciones, informes, fichas de control y documentos sobre el caso.
Como conclusión, decir que siempre deberemos tener en cuenta estos tres factores, y que no podemos estar ausentes ante estos factores. Es sabido por todos que un diagnóstico precoz del problema siempre nos salvará de errores más graves. El niño, por sí mismo no va a confesar su problema ni su fracaso, por eso mismo debemos actuar nosotros, los profesores, y no ser indiferentes a lo que pase fuera de clase. Nuestro trabajo no se queda en el aula. No lo olvidéis!!!!!
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